Tierra de Ahulema

Tierra de Ahulema

domingo, 23 de marzo de 2014

LEGADO


LEGADO

Tras el recuerdo
                        la sombra
aguarda una presencia,
desea ofrecer la palabra
que desplace las horas
hacia la geometría de los agüeros;

extiende el brazo y extiende
su historia en mi tiempo.

Cierro los ojos,
y descubro en su claridad
la comprensión de la sombra

como aleación de silencios.

© ANTONIO LINARES FAMILIAR

jueves, 20 de marzo de 2014

Ford Madox Ford: PARADE'S END (El final del desfile)



Obra fundamental en la narrativa del siglo XX, la tetralogía, compuesta por las novelas:Algunos no lo hacen  (Some do not 1924), No más desfiles (No more parades 1925), Un hombre podría resistir (A man could stand up 1926) y La última posición (The last post 1928), en la que Ford Madox Ford revela la decadencia de la aristocracia británica en los prolegómenos de la Primera Guerra Mundial, una sociedad acostumbrada a las grandes reuniones, al rumor, a tapar sus vergüenzas familiares (aunque fueran conocidas por todos), a trepar en los ministerios, a la traición... un cosmos que cae de bruces sobre La gran guerra para terminar de descomponerse entre los oficiales alejados del frente, las furiosas carnicerías de las trincheras y alguna mujer despechada. 
Con un protagonista, Christopher Tietjens, considerado como el último Tory por su fidelidad a sus principios y a lo que el considera justo; traicionado, entre otros, una y otra vez por su mujer, Sylvia; y esperado por la joven Miss Wannop. 
Madox Ford trama una historia compleja no por su acción, sino por una escritura plagada de flashbacks (técnica de la que el autor es un innovador), regresiones, reflexiones y juegos donde a veces nada es lo que puediera parecer, salvo una excepción: ese final del desfile que es el final del mundo hasta ese momento conocido. 
Lectura complicada para lectores con prisa, requiere su tiempo, su sabor, apartar el polvo tras el bombardeo, aclarar el horizonte y seguir la línea confusa que trazan los personajes, para los que cada una de las situaciones que viven no deja de ser una capa mas de sus vidas respectivas .

© ANTONIO LINARES FAMILIAR
Ford Madox Ford, 1873 - 1939

miércoles, 19 de marzo de 2014

Cine Estudio Covadonga: el Covacha

(Foto: Isabel Gea, 1984)

El 1 de marzo de 1991 ardía esta isla a la que acudíamos a ver programas dobles de musicales, terror..., mientras fumábamos para mosqueo de los acomodadores. Por allí desfilamos junto a Jimmy Hendrix, La invasión de los ultracuerpos, Carrie, los Blues Brothers o nos marcábamos un My generation viendo Quadrophenia. Lamentablemente de aquel 161 de la madrileña calle López de Hoyos no quedan las cenizas, aunque cuentan que de vez en cuando, bajo los adoquines resuenan algunos acordes al compás de las pisadas.



jueves, 6 de marzo de 2014

A LEOPOLDO MARÍA PANERO y ANA MARÍA MOIX en su despedida


(ANA MARÍA MOIX,  Barcelona, 12 de abril de 1947 - Barcelona, 28 de febrero de 2014)
NANCY FLOR BAILARÁ SIEMPRE...

Nancy Flor bailará siempre
porque Johnny ya murió.
Un bribón le dio la muerte,
nadie sabe a dónde huyó.

Fue testigo un pistolero
rey en los bares de New York,
pasado luego a carcelero
contó la historia en un block.

Jim, Johnny y Nancy Flor
tres personajes de antología,
de apología,
extraña historia del terror.

Ella tenía los ojos grises,
Johnny pintaba flores de azahar,
Jim era dulce, un soñador.

Ella bailaba todas las noches,
Jim la soñaba en un bazar
rodeada de otros muñecos
que la adoraban por su candor.

Eran hermanos los dos adoradores de Nancy Flor.

Por la calle caminaban
los tres en silencio,
mas el corazón no calla, traidor.
Y Jim lo supo.
Daban las doce en el cuco.

Caía el sol en la acera
y Dulce Jim vio un gran amor
en las dos sombras de Johnny y Nancy Flor
unidas a ras de tierra.

El dolor apenas quema
cuando nada queda en el hueco
de un antiguo corazón.

El asesino huyó de la justicia
pero le persigue el eco
de una loca ilusión
que con diabólica malicia
persiste en tener razón.

Una flor era Nancy para Jim,
mas una flor pintada antaño
por un solo enamorado
que no fue Jim, sino John.

(LEOPOLDO MARÍA PANERO, Madrid, 16 de junio de 1948 - Las Palmas de Gran Canaria, 5 de marzo de 2014)

LA CUÁDRUPLE FORMA DE LA NADA
 
Yo he sabido ver el misterio del verso
que es el misterio de lo que a sí mismo nombra
el anzuelo hecho de la nada
prometido al pez del tiempo
cuya boca sin dientes muestra el origen del poema
en la nada que flota antes de la palabra
y que es distinta a la nada que el poema canta
y también a esa nada en que expira el poema:
tres son pues las formas de la nada
parecidas a cerdos bailando en torno del poema
junto a la casa que el viento ha derrumbado
y ay del que dijo una es la nada
frente a la casa que el viento ha derrumbado:
porque los lobos persiguen el amanecer de las formas
ese amanecer que recuerda a la nada;
triple es la nada y triple es el poema
imaginación escrita y lectura
y páginas que caen alabando a la nada
la nada que no es vacío sino amplitud de palabras
peces shakespearianos que boquean en la playa
esperando allí entre las ruinas del mundo
al señor con yelmo y con espada
al señor sin fruto de la nada.
Testigo es su cadáver aquí donde boquea el poema
de que nada se ha escrito ni se escribió nunca
y ésta es la cuádruple forma de la nada.

lunes, 3 de marzo de 2014

Poeta invitado: ANÍBAL NÚÑEZ, Consuelo en la escritura

ANÍBAL NÚÑEZ 1944-1987

CONSUELO EN LA ESCRITURA

En un papel volante, levitado,
-¿qué atril sirve a quien va, sin esperanza,
a alzar la voz antepenúltima?-
la tinta que se apoye.



Lea sin rubor ninguno, se sienta con amparo
el que compre la seda (ya las manos
que le hilaron lo dan por muy perdido).



(De los antepasados reconoce
sólo la forma oval;
de sus actos narrados por esotro que vuelve
con asco el comprobarlos epopeya).



Reluzca una tercera luminaria
resuene aquella voz. Oh, que se acabe
el mundo, todo, para
inexplicablemente suplicar que no,
que no se acabe, que el atril cualquiera.