Tierra de Ahulema

Tierra de Ahulema

jueves, 29 de abril de 2010

In Memoriam: ALAN SILLITOE


Lucifer's Decision

Lucifer slept on the journey south,
But only once –
For in the morning he had to decide
Whether, having crossed the river,
And said goodbye to the moon,
When no more dogs were barking
Nor hut smoke could be seen
Nor any voices heard,
Whether to take the left
Or right arm of the road.
It was best not to stop
Not think of warmth
But lunge without thought to left or right.
Either that, or broach the centre –
A wilderness of granite green
In which one lived as long
And learned far more
Than after the exhaustion of a quick decision,
Or the utter ruin of a right one.

La decisión de Lucifer

Lucifer durmió en su viaje hacia el sur,
pero sólo por una vez -
porque en la mañana tenía que decidir
si, una vez que cruzara el río,
y se despidiera de la luna,
cuando ya no ladraran más perros
ni el humo de la cabaña se pudiera ver
ni oír más voces,
tomar el camino izquierdo o el derecho.
no era mejor dejar de pensar
en el calor
o embestir sin pensar en izquierda o derecha.
o eso, o abordar el centro -
un páramo de granito verde
en el que uno viviera tanto
y aprendiera mucho más
que después del agotamiento de una rápida decisión,
o la ruina total de una acertada.

de Snow on the North Side of Lucifer

(Traducción Antonio Linares Familiar)

ALAN SILLTOE (1928 - 2010)

Los jóvenes airados se han quedado huérfanos

POE+, Nº4

POE+, Nº3

miércoles, 28 de abril de 2010

VI


Abre el libro, cae la sombra
de adjetivos desnudos y desinencias en blanco,
con el aire de una elipse sacudida
en la fundición del tiempo
sobre un monte agotado de tanto amanecer.

Pasa la página de nuevo,
reaparece el sabor gris de lo ya leído
prendido desde el ángulo de sus dedos
hasta el plomo de la garganta
a donde llega la espiral encendida de un nombre.

Cierra, olvida la lectura,
sumerge su piel entre el vaho de los desencuentros,
templa su lengua con el horizonte
y se desprende de cada estrofa
para arrojarse
contra la médula del sueño.

Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Pavana" TOMÁS SEGOVIA


Tendré que preguntarme poco a poco
sin saltarme ninguno de los pasos
de esa lenta pregunta
si queda un heredero de aquel que fui algún día
el rendido dichoso
dejado siempre de la mano
de todas las victorias y su macabro esfuerzo
el invisible príncipe del cofre del secreto
el rey iluminado del nunca tener nada
a quien bastaba palpitantemente
el gran amor arrebatado
de poderosa envergadura
del cual nada era suyo
salvo la dignidad ferviertemente.


de Llegar

POE+, Nº2

POE+, Nº1

martes, 27 de abril de 2010

Poema invitado: "Río" JOHN ASHBERY


Se cree demasiado bueno para
estas generalizaciones y ellas
lo hacen avanzar. El lado opuesto
está sumido en sombra, éste
en auto-estima. Pero el centro
no cesa de hundirse y de rehacerse.
La pareja en la mesa de picnic (pero
no es tiempo todavía para picnics)
es recorrida por el conocimiento
inconsciente que el río tiene de su propio obrar
para evitar el tedio posible y la mancha
de una excesiva intuición, toda la escena ocurre
tras una pared de cristal. "No es tiempo
todavía", dice ella, "para picnics". Pasa un halcón volando.
"Haced que todo el mundo regrese a la ciudad."


de Autorretrato en espejo convexo

Perspectiva de una depresión


Tomo Besitrán, uno al día,
aunque a veces lo acompañe con otros colores;

el tabaco ya no me cabe en el pecho
y el camino se ha desgastado
sobre el suelo de la habitación;

los brazos se me descolgaron
más allá de esta sombra
de ojos mudos y lengua ciega;

tengo el aliento en barbecho
bajo un cuerpo invernal
con uñas agostadas:
todo cubierto por el cuarzo de mi piel;

he hecho del silencio una patria,
de la quietud un riesgo
y de la incapacidad la médula de mis actos;

tal vez un día me quiebre
y desgaje algún despertar,
mientras eso llega:

tomo Besitrán, uno al día,
aunque a veces lo acompañe con otros colores.


Antonio Linares Familiar

Reseña de La Escalera de Caracol y otros poemas en el ABCD las artes y las letras por Jaime Siles

lunes, 26 de abril de 2010

Poema invitado: "32" WILLIAM BLAKE


Juzga pues tu Propio Ser: tus Lineamientos Eternos explora,
qué es Eterno y qué Mudable, y qué Aniquilable.
La Imaginación no es un Estado: es la Existencia Humana misma;
el Afecto o el Amor se vuelve Estado separado de la Imaginación.
La Memoria es un Estado siempre, y la Razón es un Estado
creado para ser Aniquilado y una nueva Ratio Creada.
Lo que puede Crearse puede Aniquilarse: las Formas no pueden:
al Roble lo parte el Hacha, al Cordero el Cuchillo lo mata,
pero sus Formas Eternas Existen para Siempre. Amén. Aleluya.


de Milton

Poema invitado: "Epitafio" LUIS CERNUDA


La delicia, el poder, el pensamiento
aquí descansan. Ya la fiebre es ida.
Buscaron la verdad, pero al hallarla
no creyeron en ella.

Ahora la muerte acuna sus deseos,
saciándolos al fin. No compadezcas
su sino, más feliz que el de los dioses
sempiternos, arriba.


de Las nubes

viernes, 23 de abril de 2010

ANÍBAL NÚÑEZ La luz en las palabras. Antología poética


Cátedra publica La luz en las palabras , una antología más que necesaria para recuperar la figura y la obra de alguien tan fundamental en nuestra poesía como lo es el poeta salmantino Aníbal Núñez, un autor que pasó a la oscuridad por parte de gran sector de la crítica con el marchamo de "maldito" o cuanto menos "raro" (qué daño hacen los marbetes), si bien, es justo reconocer la edición en dos volúmenes de su obra completa por parte de la editorial Hiperión (sería muy conveniente reeditarla, si me permiten el deseo más que opinión).

La obra de Núñez está, como en gran parte de sus coetáneos, en ese punto de la poesía española que pasa de una obra eminentemente social a otra de carácter más culturalista que tiene su primer escalón en los llamados sesentayochistas y su punto de exaltación más conocida como son los denominados novísimos.
Núñez, para quien la poesía es una liberación del lenguaje de su valor utilitario y un acontecimiento verbal de una experiencia estética libre, revela una escritura lúcida y reflexiva que sigue una línea que abarca desde Rimbaud y Mallarmé hasta Ezra Pound, y basa su obra en un consciente artificio retórico y formal donde injerta la actualidad de su época (el llamado estilo camp que usaran, entre otros Vazquez Montalbán y Martínez Sarrión), donde aparecen entremezclados la mitología clásica con esloganes publicitarios, muchachitas recatadas que van a guateques, emigrantes, el desarrollismo que mata lo rural, letras de cuplé... todo ello con la consciencia de usar, de vivir, el lenguaje como realidad. En estas líneas se mueve la poesía de Aníbal Núñez, circundando, visitando, cruzando, desmenuzando ciudades, ruinas y la naturaleza como ejes temáticos de su obra.
Reconozcamos, pues, a este poeta como un poeta del lenguaje y disfrutemos, junto a él, de su escritura.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Espejos" JUANA CASTRO


Baja la loba al llano, y muerde las ventanas.
No con dientes las muerde, sino con sus pupilas
agrandadas y hambrientas.
Con envidia las mira, a las ventanas,
sus lámparas, sus sombras
ocultas y encendidas.
Porque ella vaga sola, sin lugar y con frío,
y allí, tras los cristales,
se agazapa ese algo
que aún no sabe qué es,
pero que late y vive.

Baja la loba al río y mira arriba,
y aúlla a las ventanas
que brillan como soles
y taladran la noche
tan triste de la vida.
¿Quién ama? ¿Cuántos comen?
¿Cómo será la silla?

Lame la loba el suelo, y lame las ventanas
encendidas de luz,
y sus pupilas rojas
son un livor de frío.


de Los cuerpos oscuros

Poema invitado: "El tiempo pasa y todo sigue igual..." LUIS ROSALES


Porque todo es igual y tú lo sabes,
has llegado a tu casa y has cerrado la puerta
con aquel mismo gesto con que se tira un día,
con que se quita la hoja atrasada al calendario
cuando todo es igual y tú lo sabes.

Has llegado a tu casa,
y, al entrar,
has sentido la extrañeza de tus pasos
que estaban ya sonando en el pasillo antes de que llegaras,
y encendiste la luz, para volver a comprobar
que todas las cosas están exactamente colocadas, como estarán dentro de un año,
y después,
te has bañado, respetuosa y tristemente, lo mismo que un suicida,
y has mirado tus libros como miran los árboles sus hojas,
y te has sentido solo,
humanamente solo,
definitivamente solo porque todo es igual y tú lo sabes.



de La casa encendida

jueves, 22 de abril de 2010

"La escalea de caracol y otros poemas" Reseña en CATALUNYA RADIO

Dos poetes

Per Jordi Cervera

Noves edicions de dos clàssics de la poesia: "La escalera de caracol y otros poemas", de William Butler Yeats, a Linteo, i "Sólo un caballo azul y una madrugada", de Federico García Lorca a Círculo de Lectores.

Noves edicions de dos poetes clàssics que continuen tenint una influència cabdal en les noves generacions. "La escalera de caracol y otros poemas", de William Butler Yeats, editada per Linteo, i "Sólo un caballo azul y una madrugada", una antologia de Federico García Lorca que publica Círculo de Lectores.
Yeats va escriure aquest llibre l'any 1933, deu anys després de rebre el Premi Nobel. És una obra d'estructura circular que posa de manifest l'univers que el poeta va anar construint al llarg de tota la seva vida activa i que Linteo presenta en traducció castellana d'Antonio Linares Familiar.
Federico García Lorca és també un univers inesgotable i, aquesta vegada, Andrés Soria Olmedo ha rastrejat tota la seva obra i, a més de responsabilitzar-se del pròleg, ha seleccionat poemes clau de tots els seus llibres per facilitar una mirada panoràmica al conjunt del seu treball poètic. Arrencant amb "Libro de poemas" i acabant amb poemes esparsos, l'obra del poeta de Fuente Vaqueros manté la força d'una lírica poderosa i rica.
"La escalera de caracol y otros poemas", de William Butler Yeats, editada per Linteo, i "Sólo un caballo azul y una madrugada", una antologia de Federico García Lorca que publica Círculo de Lectores.

Jordi Cervera: "Dos Poetes" 20/04/2011 (pincha aquí para escucharlo)

Poema invitado: "Desde las nueve" CONSTANTINO CAVAFIS


Las doce y media. Rápido ha pasado el tiempo
desde las nueve en que encendí la lámpara
y me senté aquí. Sentado sin leer,
y sin hablar. Con quién hablar
tan solo como estoy en esta casa.

La imagen de mi cuerpo joven,
desde las nueve en que encendí la lámpara
ha venido a mi encuentro y me ha recordado
cerradas estancias perfumadas
y el placer ya pasado - ¡qué placer más audaz!
Y me trajo también ante mis ojos,
calles que ahora se han vuelto irreconocibles,
locales llenos de movimiento que su fin han visto,
y teatros y cafés que existieron un día.

La imagen de mi cuerpo joven
ha venido a traerme también las cosas tristes:
lutos de familia, separaciones,
sentimientos de los míos, sentimientos
de los muertos tan poco valorados.

Las doce y media. Cómo ha pasado el tiempo.
Las doce y media. Cómo han pasado los años.


de Poemas 1916 - 1918

miércoles, 21 de abril de 2010

Página de sucesos


Con un aliento de perfume prestado
sobre tu ropa sucia de noche.
Con el pelo enredado en las últimas caricias.
Con el cuerpo extendido, abierto
a los diez ares de ojos que te observan.
Con el sueño de tu voz
quebrado en la caída.
Adornas el asfalto rodeado por un halo de cal
para acentuar el relieve
de tu mirada inmóvil en la postrera ventana.

La música corre a cargo de los fotógrafos,
la letra, al pie de la instantánea,
se cantará en la próxima edición,
en memoria de otro joven suicida.
Su familia consternada y amigos
piden una oración
y agradecen las muestras de dolor
mientras preparan el olvido.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Cuando temo que podría morir" JOHN KEATS


Cuando temo que podría morir
antes que mi pluma coseche el lauro
de cuanto bulle en mí, y se alcen mis libros,
silos que guarden el maduro grano;

cuando veo en la astral faz de la noche
símbolos nebulosos de una historia,
y pienso que no alcanzaré a trazar
sus sombras con afortunada mano;

y cuando siento, ¡fugaz ser hermoso!,
que nunca volveré a contemplarte,
nunca a saborear el poder mágico
de una pasión; entonces a la orilla

del vasto mundo voy solo, y medito
hasta que Amor y Gloria dan en nada.


de Poemas póstumos

Poema invitado: "A sí mismo" GIACOMO LEOPARDI


Reposarás por siempre,
cansado corazón. Murió el engaño,
que eterno yo creí. Murió. Bien siento
que, de engaños queridos,
no la esperanza ya, el anhelo ha muerto.
Cesa por siempre. Mucho
palpitaste. Las cosas no merecen
tus latidos, ni es digna de suspiros
la tierra. Hiel y tedio
la vida es, nada más, y fango el mundo.
Cálmate. Desespera
por vez última. El hado a nuestra especie
no dio más que el morir. Ahora desprecia
a Natura, al horrible
poder que, oculto, nuestro mal procura,
y la infinita vanidad del Todo.


de Cantos

sábado, 17 de abril de 2010

III


Hoy no es hoy,
lo es
desde que el tiempo evitó recordar
esta presencia en abandono;

todo queda lejos
salvo el estallido,
los estallidos,
que hiela,
hielan,
mis manos
tras la pérdida de mi voz
cuando nievan las horas.

Rezo:
qué lejos está el mar
mientras me golpea este acantilado
y su espuma crece en mi edad.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Esperanza" FRIEDRICH SCHILLER


Mucho hablan y sueñan los hombres
de futuros días mejores,
se les ve correr a la caza
de un fin feliz y dorado.
El mundo s hace viejo y rejuvenece,
pero el hombre espera siempre una mejoría.

La esperanza nos introduce en la vida,
revolotea en torno al alegre muchacho,
su apariencia encantadora seduce al joven
no será enterrada con el viejo;
pues aún siembra en la tumba la esperanza
quien en ella concluye su cansada carrera.

No es una locura vana y vacía,
producida en el cerebro del insensato,
lo que se anuncia intensamente en el corazón:
¡Hemos nacido para lo mejor!
Y lo que dice la voz interior
no engaña al alma esperanzada.


de Poesía filosófica

Poema invitado: "Esculpido en los escombros" HUGO MUJICA


siempre queda
un rastro de todo
lo que pasa,

una taza de loza
con su asa quebrada,

una sábana raída
donde se hospedaron
los sueños
en los que se soportó la vida;

el esqueleto de
una casa
o una tumba derrumbada.

toda ruina tiene algo de templo,

todo hombre
es el resto de un suicidio

la gota en el cáliz
que no bebimos hasta el vacío.


de Para albergar una ausencia

viernes, 16 de abril de 2010

IX


Sentado
sujeta la brisa
que lleva un rumor de horas;
entre los dedos desmenuza
otro día
y observa cómo
la fragilidad de una voz
sostiene el peso horizontal del frío,
secuela de víspera,
donde albergar la llama
de los silencios.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Soy vertical" SYLVIA PLATH


Mejor querría ser horizontal.
No soy un árbol con raíces hondas
en tierra, sorbiendo minerales y amor materno,
refloreciendo así de marzo en marzo,
reluciente, ni orgullo de parterre
blanco de admirativos gritos, muy repintado,
y a punto, ignaro, de perder sus pétalos.
Comparado conmigo es inmortal
el árbol, y las flores más audaces:
querría la edad del uno, la temeridad de las otras.

Esta noche, en luz infinitésima
de estrellas, árboles y flores
han esparcido su frescura aulente.
Yo entre ellos me paseo, no me ven, cuando duermo
a veces pienso que me les hermano
más que nunca: mi mente descaece.
Resulta más normal, echada. El cielo
y yo trabamos conversación abierta, así seré
más útil cuando por fin me una con la tierra,
árbol y flor me tocarán, veránme.


de Cruzando el océano

jueves, 15 de abril de 2010

Triálogo (dos decisiones y un recuerdo)


I

Abro la mirada con el eco
de un palabra que no descubro
y siento el peso de los párpados.

Clavo el reloj en esta senda
donde los pasos caducan
tras herir la orilla del paisaje,
ahí donde se vierten las horas
de una tarde llena de acecho.

Cubierto de ayer aguardo
lo que falta de víspera
y bebo escondidos azules
tras un sol en despedida.


II

Dejo caer contra el suelo,
con la habitual contundencia,
el sonido de los zapatos
al descalzar mi jornada,
mientras la habitación contigua
alberga espinas
que se clavarán en los costados
de la espera, ante el vacío
de los sueños prohibidos aún.

Escupo el aliento contra el suelo,
contra el día que dejó de ser
y rasgó la hora del que está por escribir
cuando el libro recita mi edad.


III

Mi sombra,
sí,
como todas las vuestras
lleva sobre los hombros
el mármol donde habitan
las fechas primera y última,
arrastra el olor de un sonido
de madera y tierra con el eco
de una próxima visita.

Mi sombra,
sí,
como todas las vuestras
tan sólo aguarda un gesto
que acaricie su espalda
para saldar la culpa
por la que nació.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Lamento del guardia de fronteras" EZRA POUND


¡En la Puerta del Norte sopla el viento, cargado de arena,
solitario hasta hoy desde el principio de los tiempos!
Caen árboles, la hierba amarillea en el otoño.
Subo torre tras torre
para otear la tierra de los bárbaros:
desolado castillo, cielo, vastedad del desierto.
No le ha quedado un muro en pie a este pueblo.
Huesos que han blanqueado mil rocíos,
altos montículos cubiertos de árboles y hierba.
¿Quién hizo que esto desapareciera?
¿Quién atrajo la encendida cólera imperial?
¿Quién atrajo a este ejército con tambores y timbales?
Los reyes bárbaros.
Una graciosa primavera convertida en otoño ávido de sangre,
un tumulto de guerreros esparcidos por el Reino del Centro,
trescientos sesenta mil,
y dolor, dolor como lluvia.
Dolores al ir, y dolor, dolor al volver.
Desolados, desolados campos,
y sin niños huérfanos en ellos,
sin hombres ya para ataque y defensa.
¡Ah!, si pudieras saber del lúgubre dolor en la Puerta del Norte,
ya olvidado el nombre de Riboku,
y nosotros, los guardias, pasto de los tigres.


de Catay

miércoles, 14 de abril de 2010

II


Cansado, aloja su cuerpo contra una pared
de la noche distinta, aliento de Asterión,
origen de palabras desconocidas
y de sonidos que rasgan el suelo
hasta arañar,
violentos,
el oído que no duerme.

El visitante, inmóvil, no descansa, espera
atrapar la quietud de cualquier sombra
y hacerla suya.

La distancia de un extremo a otro de la noche
se bifurca en voces que buscan
el paladar del sueño que camina
bajo la sien del extraño:

mariposas de hielo retuercen cada gesto
en la bruma de sal.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Icebergs" LOUIS MACNEICE


Si los icebergs furan cálidos bajo el agua
no nos amilanarían sus cimas melladas;
mecidos por el vaivén del oleaje
podrían ser señal de que todo iba bien.

Pero los icebergs son fríos bajo el agua oscura,
fría su base como el blanco de la cresta,
y quienes se sumergen para comprobarlo
no encuentran indicios para retractarse.

No hay palabras bajo el agua,
y mucho menos frases; salvo la única
sentencia que te dice que la vida ha acabado

y lo que disfrutaste fue una mera
novena o décima parte; el resto es puro
desaire para quienes se atrevieron a suponer
los icebergs cálidos bajo el agua.


de Oración antes de nacer

Poema invitado: "éste es el cigarrillo..." ANTONIO MARTÍNEZ SARRIÓN


éste es el cigarrillo
fumado sobre las ocho
el cigarrillo treinta
mucha tos
éste es el cenicero repleto de horas
suena la marsellesa en un trombón de varas
ésta es la celda de próspero
éste es el cigarrillo siguiente
fumado dos minutos después
el cenicero desborda
éste
el siguiente y el otro
los reyes magos ya tardan
montand canta sin cesar


de Teatro de operaciones

lunes, 12 de abril de 2010

Cuarto de estar


Tras la grieta del retrato
se esconden,
agazapados y crueles,
los sueños condenados al silencio.
Retuercen las esquinas para entrar
por la puerta desnuda de la noche
sobre la que cuelgan cicatrices
de años reunidos en plegarias.

Con la tácita discreción del odio
las sombras extienden su camposanto:
beben la botella del tiempo,
acarician siluetas ausentes,
devoran los restos de la jornada.

Ebrias y cobardes,
se fugan lejos
con las primeras agujas de luz.

Los sueños condenados al silencio
vuelven a ser mis rostros familiares.


Antonio Linares Familiar

I


Traspasa el polvo de la puerta,
y un áspero blanco recibe al visitante:
una herida en la mirada.

El horizonte se muestra acotado
por el desnudo vertical hambriento de ecos
para recordar el dolor del frío.

Así el recién llegado se estremece:
con el olvido de su propio caminar
sobre la madera nueva;
lleva el sabor a bruma en la garganta
como duelista mordido por el acero;
con la sombra de su mano
sujeta la única herida
y recuenta los huecos del espíritu
para disponerlos entre vacíos
orientados de levante a poniente.



Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Ápice de la lengua" CARLOS MARZAL


Asoma ya en la punta de mi lengua,
para vencer el trance del olvido.
Sin asomo de miedo, va perdida,
y se hace fuerte yéndose más lejos.

Si no acierta a decirnos y a decirse
mi palabra,
que ya existió en mi mente y en mi dicha,
nunca nos bastará para que cante.

Sólo cuanto no escribo me anonada.

Esta palabra justa es la que acude
a la orilla del labio,
para contradecir la desmemoria.
Esta palabra jura que estuvimos
en la conspiración de ser felices.

Os hablo desde el vértice,
la cresta gustativa de la carne,
el más gustoso filo de mi arista:
donde lo que se intuye ha de ser dicho,
porque lo que se sabe busca un cuerpo.

La muerte, en la mudez, nos prefigura;
con silencio la muerte nos acalla.
Por eso estos hallazgos la desmienten,
cuando rompen a hablar desde su cúspide.

Se vela, se revela lo vivido,
porque bien se vivió.
Lo ya soñado, bien soñado estuvo,
y ha de volver al mundo de la vida.

Aunque escrito con humo, escrito queda.

Desde la cumbre que a la lengua asoma,
a punto estoy de recordar mi nombre.


de Fuera de mí

domingo, 11 de abril de 2010

En una calle


Camino líquido
por una calle de otoño
donde la lluvia traiciona
la palidez del viento.

Bebo de este instante
y apaciguo mi pensar
cómplice del agua.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "III" T.S. ELIOT


En la primera revuelta de la segunda escalera
me volví y vi abajo
la misma forma retorcida en la baranda
bajo el vapor en el aire fétido
luchando con el demonio de las escaleras que reviste
la cara engañosa de esperanza y de desesperación.

En la segunda revuelta de la segunda escalera
les dejé retorciéndose, volviendo abajo:
ya no había más caras y la escalera estaba oscura,
húmeda, mellada, como la boca de un viejo babeando,
ya sin arreglo,
o el dentado gaznate de un tiburón envejecido.

En la primera vuelta de la tercera escalera
había una ventana estriada con panza como de higo
y más allá del espino en flor y una escena pastoril
la figura de anchas espaldas vestida de azul y verde
hechizaba el mayo con una antigua flauta.
Dulce es el pelo al viento, pelo pardo al viento sobre
la boca,
lila y pelo pardo;
distracción, música de la flauta, descansillos y escalones
de la mente en la tercera escalera,
desvaneciéndose, desvaneciéndose: fuerza más allá de
esperanza y desesperación
trepando la tercera escalera.

Señor, no soy digno
Señor, no soy digno
pero di sólo la palabra.


de Miércoles de ceniza

Casa de aire FRANCISCO CENAMOR


Casa de aire, último poemario de Francisco Cenamor, resulta un texto intenso. Dividido en tres partes: Casa de aire, Ríos de gente y Última función (esta última una clara referencia a la vocación teatral del autor) en las que se exponen el recorrido vital del poeta a través de poderosas imágenes. Cenamor consigue hacer de cada poema una instantánea que maneja a su antojo, distorsiona, enfoca o desenfoca con el objetivo de su palabra, a la vez que las transforma en un diario vital del desarraigo del que somos testigos todos los días y que, en la mayoría de las ocasiones, nos negamos a observar.
Consciente de esa pasividad colectiva, Francisco Cenamor nos agita, nos trae en su mano a desheredados, transeúntes anónimos , poseedores de visa oro, perros abandonados, noches, horas, paisajes urbanos... todos imbricados en una consciencia que, como los ríos de gente, nos llevan a una estación vital, y a otra, y a otra, con un lenguaje claro, conciso, desnudo, con la voz de Cenamor, sincera, hiriente y desnuda como el aire que circunda la casa de su poemario.

viernes, 9 de abril de 2010

Marina



Cuando el mar se torna espuma
cruza tus labios tendidos de tarde,
abres tu piel a la sombra de vuelos
y abandonas tu marea
sobre el acantilado de mi aliento.

Azul poniente
y las palabras se trenzan de arena
cuando tu mar anochece.


Antonio Linares Familiar

REQUIEM AETERNAM


El sol terminal cae
sobre una piel desnuda.

Las voces, sin recuerdo,
cruzan su espalda yerma,
futuro de nieve ocre,
laceran el destino
con huesos desdentados,
y las miradas llenas
de ceguera furiosa.

Ajeno a los rumores
de vida entre la muerte
que golpean bajo su andar,
un solitario paso
reclama su porvenir
de sombra equinoccial.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Pan seco" WALLACE STEVENS


Es lo mismo vivir en una tierra trágica
que vivir en un tiempo de tragedia.
Mira, ahora, las escarpadas rocas montañosas
y el río que va abriendo su camino entre piedras,
observa las cabañas de los que en esa tierra habitan.

Tal fue lo que pinté detrás del pan,
las rocas ni siquiera tocadas por la nieve,
los pinos junto al río, y los hombres resecos,
morenos como el pan, pensando en pájaros
que huyen de países en llamas y de oscuras orillas,

pájaros que venían como agua sucia en olas
fluyendo sobre rocas, fluyendo sobre el cielo
como si fuese un río que los llevara lejos, extendiéndolos
como lisas se extienden las olas en la playa,
que acaban por dejar las montañas desnudas.

Fue el batir de tambores lo que oí.
Fue el hambre, los hambrientos que gritaban
y las olas, las olas eran como soldados desplazándose,
más y más desfilando en tiempos de tragedia
allá, sobre el asfalto, debajo de los árboles.

Los soldados marchaban encima de las rocas
y aún venían los pájaros en líquidas bandadas
porque era primavera y tenían que venir.
Debían desfilar sin duda esos soldados
y los tambores redoblar, redoblar, redoblar.


de Partes de un mundo

Poema invitado: "8,57 p.m." FRANCISCO CENAMOR


Avanza espigado
con su antena blanca,
palpando el aire
en su incesante toc toc
contra la acera.
Musita en el cerebro
sus propios colores
antes de encontrarla.

Por fin, sus oídos y su nariz
la distinguen claramente.
No deja de mirar su cuerpo
con sus manos.

Cuando hacen el amor
le gusta la tibieza
de sus pechos en la cara.
Descubrir con la lengua
su contorno.

Contemplar feliz
con su cuerpo
cada momento de ella.


de Casa de aire

jueves, 8 de abril de 2010

LAS CIEGAS HORMIGAS REIVINDICACIÓN DE RAMIRO PINILLA



Acabo de leer Las ciegas hormigas (Tusquets, 2010), obra con la que Ramiro Pinilla ganó el Nadal hace 50 años. Reconozco mi fascinación por el escritor vasco, por su escritura, por sus mundos literarios y vitales. Si en otras obras del autor la acción se centra en Getxo, aquí es Algorta, pero siempre la playa de La Galea como un personaje más que participa de la acción. Las ciegas hormigas habla de los Jauregui, una familia más de un caserío de Algorta que lucha por sobrevivir en una época no determinada cronológicamente, pero que se nos insinúa que es el Euzkadi de posguerra, con una guardia civil que controla todas las actividades del pueblo y sus gentes.
Un accidente de un barco inglés que embarranca en la costa de Algorta, genera y provoca toda la acción; su carga, carbón, es deseada por los habitantes como un alivio que les puede calmar las necesidades. Este es el punto de arranque de la trama. A partir de ahí una narración ágil desgrana el drama de los Jauregui, gente que destila una integridad tan absoluta como obsesiva. Para este ejercicio literario Ramiro Pinilla se desprende del narrador, las voces que se escuchan y se leen son las de los personajes, un mosaico en el que cada uno de ellos da su voz y su perspectiva, según se avanza en la lectura, siguiendo el hilo conductor que provoca el joven Ismael Jauregui, que aparece como personaje central que nos lleva a lo largo de toda la obra.
Sirva este comentario para reivindicar la figura de Ramiro Pinilla, escritor fundamental para comprender y entender la narrativa española desde mediados del siglo pasado. Autor de una obra contundente de personajes arraigados en su tierra, en su tradición, en sus conflictos, pero siempre fieles a ellos mismos y a lo que piensan. Así se aprecia en la trilogía Verdes valles, colinas rojas, de la que Las ciegas hormigas puede ser un embrión, donde a través de diferentes personajes podemos comprender la visión que tiene su autor de lo vasco, usando un estilo literario que abarca desde el realismo social que nos recuerde a Ferlosio o Martín Santos, a una narrativa fantástica propia de Borges o García Márquez, si bien Ramiro Pinilla siempre se ha reconocido, entre sus influencias, fiel a Pío Baroja y, sobre todo, a William Faulkner. Como secuela de esta trilogía, o como consecuencia de la misma, aparece La Higuera, tal vez el relato más contundente de cómo puede ser una venganza que se haya escrito. Y así podríamos seguir enumerando sus otras obras: Antonio B. el ruso, un relato que surge tras las conversaciones de nuestro escritor con un leonés que robaba gallinas, amaba el campo, la libertad y fue perseguido por la guardia civil, la pobreza y la ignorancia; y Sólo un muerto más, otra vez el faulkeriano Getxo como fondo y personaje en una trama propia de Raymond Chandler.
En estos momentos de trilogías o tetralogías suecas, vampíricas y demás, puede resultar muy saludable descubrir o redescubrir la obra de Ramiro Pinilla.

Nombres en las cunetas



Sombras de azul y charol
esparcieron semillas de miedo,
cosechas de dolor,
atadas al olvido.

Tras el fuego de inviernos,
sembrados con plomo,
aquellas simientes escarban los años
con dedos marchitos,
reclaman sus nombres
como levadura de fe,
para extenderlos entre nuestros huesos
y abrir las bocas de la razón.


Antonio Linares Familiar

Sobremesa


La puerta, entreabierta, hace intuir la escena.
Sobre la mesa flota el olor de una vela recién apagada, y en el mantel desflorecen pétalos ya cortados. Cubiertos y platos dispuestos donde las palabras se cruzaron para alimentar reproches bajo la luz de una libélula. Sobre el mantel, migajas de verbos en pasado que se entrecortan contra las botellas, arrastradas por el gesto abatido de manos y alientos. En las sillas, el perfume de lo que pudo ser.
Y en las copas, los labios de la despedida.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Sol" JUAN RAMÓN JIMÉNEZ


I

ALLÁ en el fondo
de mi biblioteca,
el sol de última hora, que confunde
mis colores en luz clara y divina,
acaricia mis libros, dulcemente.

II

¡Qué clara compañía
la suya; cómo agranda
la estancia, y la convierte, llena,
en valle, en cielo - ¡Andalucía! -,
en infancia, en amor!

III

Igual que un niño, como un perro,
anda de libro en libro,
haciendo lo que quiere...
Cuando, de pronto, yo lo miro,
se para, y me contempla largamente,
con música divina, con ladrido de amigo, con fresco balbuceo...

y IV

Luego se va apagando...
La luz divina y pura
es color otra vez, y solo, y mío.
Y lo que siento oscuro
es mi alma, igual que
si se hubiera quedado nuevamente
sin su valle y su cielo - ¡Andalucía! -,
sin su infancia y su amor.


de La realidad invisible

miércoles, 7 de abril de 2010

Otra noche


Las manos enlazadas sobre la mesa. Apoyo la cabeza y observo el horizonte a través del vaso. El hielo marca las siluetas en su plano real, el ocre del whisky me permite entrar en voces que, bajo lluvias centenarias, reclaman mi persona para forjarme. El aliento de tabaco acopia novilunios mientras almaceno desgarros en el paladar a cada sorbo de horas.
El tiempo se acumula tras la puerta, aquí, dentro, gotea el frío de esta naturaleza muerta.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "XII" RAINER MARIA RILKE


Gloria al espíritu que puede juntarnos;
pues en verdad vivimos en figuras.
Y avanzan a pasitos los relojes
de nuestro día auténtico a la vera.

Sin conocer nuestro verdadero lugar,
actuamos desde la relación real.
Las antenas sienten las antenas
y la vacía lejanía llevaba...

Pura tensión. ¡Música de las fuerzas!
¿No son nuestros quehaceres inocentes
los que de ti toda perturbación desvían?

Aunque el labriego se afane y trabaje,
donde se hace verano la simiente,
no alcanza nunca. La tierra regala.


de Los sonetos a Orfeo

martes, 6 de abril de 2010

Regreso


Bajo el hayedo
el tiempo
vuelve a su tierra
sin esperar la estación propicia,
acumula voces y llama a las raíces
entre telas de sombra
el tiempo
acaricia el granito y bebe
la sal de su memoria
y aguarda un solsticio
para volver a sus ramas.

Ahora
los dioses duermen
mientras
los espíritus acuden a ese tiempo
bajo el hayedo.


Antonio Linares Familiar

Poema invitado: "Muerte" WILLIAM BUTLER YEATS


Ni el miedo ni la esperanza asisten
a un animal moribundo;
un hombre que espera su final
teme y espera todo;
muchas veces murió,
otras tantas se levantó de nuevo.

Un gran hombre orgulloso
que se encara con los asesinos
y se burla
de ese exceso de ímpetu,
conoce la muerte hasta el tuétano:

el Hombre ha creado la muerte.



de La Escalera de Caracol y otros poemas

(Traducc. de Antonio Linares Familiar)

lunes, 5 de abril de 2010

Poema invitado: "22" JULIO LLAMAZARES


La nieve está en mi corazón como el silencio en las habitaciones de los balnearios: densa y profunda, indestructible.

La nieve está en mi corazón como la hiedra de la muerte en las habitaciones donde nacimos.

Y el tiempo huye de mí con un crujido dulce de zarzales.

Nieva implacablemente sobre los páramos de mi memoria. Es ya de noche entre los blancos cercados.

Cuando amanezca, será ya siempre invierno.


de Memoria de la nieve

I


Bienvenido a la tierra de nadie,
donde el cuerpo se entrega
a la ceremonia de otro amanecer
sobre el altar del deshonor
o del valor por morir en uno mismo.

Bienvenido a la tierra de nadie,
un calvario
donde todos somos Judas
y escupimos en otros la muerte
con el silencio de una descarga
para un escarmiento estéril.

jueves, 1 de abril de 2010

Poema invitado: "Epílogo" FÉLIX DE AZÚA


Porque yo digo que en el sufrimiento
se cumple la naturaleza de los hombres, su orgullo y su juicio
y digo que en el sufrimiento está la fuente de los mil caños
de donde nacen los torrentes del conocimiento

y lo digo para estar preparado
para ejercer en mi cuerpo el exceso
y la pasión y lo desmesurado
pues de ese modo se averiguan los límites
del dolor y el placer.

Lo digo y yo sé lo que digo
que el árbol no conoce, la piedra no conoce
pero los que conocen
dijeron al dolor "Bien venido compañero"
abrazados a él tras esperarlo y desearlo.

Es así que con dolor se abre el cráneo de Júpiter
y con dolor la llovizna desmenuza las nubes
la simetría rompe la tierra
y el río graba su nombre en la carne de los desfiladeros
deja el glaciar su rastro de desolación
y los ciervos se astillan unos contra los otros

el oso se levanta al atacar
y el búho de Atenea vuela al anochecer.

Y en ese sufrimiento
comienza el sueño (de muy lejos se llega
muy lejos se camina
aquí y allí no seremos los mismos
ni tampoco distintos)

Y esto es así continuamente
una tras otra vez
hasta que se recorre la distancia entre el ser y la nada

(entonces, al extender la sábana
alguien habla de flores y sudario

la almohada se confunde con la tierra mohosa
y en el silencio eterno abrazamos a nuestro errante compañero)

Encuentro


Crecido en su fe
el peregrino entona su rezo:

“Déjame explorar las noches,
seguir la estela de tu piel,
acercarme al nido de tus labios;

y
déjame asentar la mirada
sobre tu sueño
desde los cardinales de tu forma”

Poema invitado: "La belleza arrebata las palabras que intentan proclamarla" ANÍBAL NÚÑEZ


De la mutilación de las estatuas
a veces surge la belleza, de los
capiteles truncados cuyo acanto
cayera en la maleza entre el acanto:
perfección del azar que nada tiene
que hacer para ser símbolo de todo
lo que se quiera.
Triste
belleza - nunca es triste
la piedra en su lugar, nunca fue triste
la maleza en el suyo - la del símbolo.
Pues el azar que rompe la voluta,
cercena gestos imperecederos,
es el mismo que quiebra la hermosura
de edificios de sangre.
Sólo quise
decirte - y me han salido dos acantos
y tres tristes - que nada
hay para mí más bello que el ver que estás alegre
y viva.


de Cuarzo